APRENDER A EMBELLECERNOS
NUESTRA TARJETA DE PRESENTACIÓN
María José Jiménez Estilista
Nuestra presencia física es nuestra tarjeta de visita a la hora de presentarnos al mundo.
Pasado el tiempo en el que preocuparse por el aspecto físico se consideraba una práctica absolutamente frívola, nadie se atreve a dudar ya de su importancia a la hora de encontrar pareja, un buen trabajo, de ser aceptado socialmente... en suma, de tener éxito en cualquier aspecto de nuestra vida y, cómo no, de sentirnos bellas y en plena forma.
Pero cuidado, no hablamos aquí, o al menos no solamente, de la simple belleza física, de esa que nos viene dada y sin ningún tipo de esfuerzo añadido. La naturaleza puede habernos regalado unos atributos físicos determinados o haber sido un poco injusta con nosotros en determinados aspectos. Pero sea cual sea nuestro caso, todos podemos aprender a embellecernos cada vez más y a llevarnos bien con nuestro propio físico. Perdonarnos los pequeños defectillos, conociéndolos al máximo para poder disimularlos, al tiempo que potenciamos las virtudes que seguramente tenemos, es la mejor manera de conseguirlo.
No debemos caer, por tanto, en el error de pensar que si gustamos a los demás nos aceptaremos a nosotros mismos como somos. Debemos aprender, y esta es la lección más importante en este aspecto, a gustarnos para gustar, a aceptarnos como somos para que nos acepten. Será la mejor manera de conocer nuestras limitaciones e irlas puliendo, sin traumas ni preocupaciones excesivas, hasta conseguir aumentar nuestro atractivo y belleza naturales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario