lunes, 6 de agosto de 2012

BELLOS CONSEJOS PARA MIS AMIGOS






BELLOS  CONSEJOS  PARA  MIS  AMIGOS





EL   CARACTER  Y  LA  BELLEZA

SUFRIR  PARA  SER  BELLAS

Desde  tiempo  inmemorial,  la  mujer  no   repara  en  sacrificios  si  se  trata  de  su  belleza. Sacrificios  de todo  orden...  pero  no,  ¡ay¡  del  carácter.  Por  la  belleza,  las  gordas  pasan  hambre,  las  flacas  se  atiborran,  unas  se  engrasan,  otras  se  desuellan,  estas  andan  a  gatas,  aquellas  se  sumergen  en  baños  turcos,  chinos,  checoslovacos,  se  someten  a  permanentes  y  chis-chis,  máscaras  de  todo,  corsés  con   ballenas  de  hierro....  Sin  contar  lo  que  tónicos,  cremas,  grasas,  detersivos,  polvos, colorete,  esmaltes   y  todo  lo  demás,  pesa  sobre  el  
presupuesto.

LO  QUE  NO  DEBE  IGNORARSE

En  cambio,  las  mujeres  se  resisten - siquiera  sea  por  su  belleza -  a  modificar  en  lo  más  mínimo  su carácter.  Y,  sin  embargo.  no  pueden  ignorar  que:

Un  carácter  impaciente,  preocupado,  ansioso,  conduce  rápidamente  al  envejecimiento.

Las  obsesiones,  los  malos  humores,  los  disgustos  por  cualquier  pequeñez,  secan  el  cutis  y  lo  llenan  de  arrugas  prematuras;

el  pesimismo  acelera  la  aparición  del  rictus  de  la  boca;

la  envidia  presta  al  cutis  una  tonalidad  amarilla;

la  cólera  desencaja  las  facciones.

Y  así  podríamos  continuar  hasta  lo  infinito...Mas  veamos  lo  que  acerca  de  este  punto  y  el  vocablo  Humor  dice  Marcelle  Auclair  en su  Diccionario  de  la  Belleza: 


"El buen humor o el mal humor tiene para la belleza más importancia que todos los ungüentos".



Una  mujer  celosa,  torturante,  inquieta,  preocupada,  agresiva,  dominante,  autoritaria,  nerviosa,  pendenciera,  no  tendrá  jamás  el rostro  sereno,  la  tez  clara,  el  cutis  limpio  de  arrugas  e  impurezas.  Basta  uno  solo  de  esos  defectos  para  anular  todos  los  tratamientos  de  belleza.  Por  el  contrario,  la calma  interior,  el  amor  suave,  una  dulce  y  bella  filosofía  de la  vida,  la  indulgencia,  el  optimismo,  son  los  mejores  tónicos  de  la  belleza.


"Cierta  dama  engañada  por  su  marido  pensaba  en  el  divorcio  cuando,  de  pronto,  recordó  que  tenia  cuarenta  años.; " No  tengo  ya  tiempo  de  envejecer  diez  años  en  pocos  meses  de  debates"...  Optó,  pues,  por  el  perdón,  un  poco  por  coquetería  y  mucho,  sin  duda,  porque  tenía  un  excelente  corazón.  Reconquistó  a  su  marido  y  conservó su  belleza."


UN  EJEMPLO  ELOCUENTE

Lo presenta la misma autora en el mismo libro. Y no puedo, lectores, resistir a la tentación de reproducirlo para ustedes. Ya sé que no es vuestro  caso, pues quizá os encontrareis en lozanas primaveras... pero bueno es saber prevenir, con tiempo, los posibles errores del otoño.
He aqui el ejemplo:
"Conozco a una mujer encantadora que todas las mañanas, al despertar, le canta a su marido esta palinodia:

"¡Soy vieja, estoy vieja, estoy gorda¡...¡ay de mí¡ ¡Pronto no me podrás querer¡"...


Empezó este delicioso ejercicio para oírse proclamar por su amante esposo la más bella, la más esbelta, la más graciosa y juvenil de las mujeres. Y para hacerse jurar:

"Nunca querré a nadie más que a ti..."

"Mas, a fuerza de repetir la cotidiana letanía, acabó por sufrir la influencia de sus propias palabras, la duda se insinuó y una mañana de cada diez, al mirarse en el espejo después de una mala noche, experimenta realmente, ante su delicioso rostro, una sincera desolación.

"Sin saberlo, esta dama aplica el método de Coué. Sólo que en vez de dar al subconsciente la orden de convertirla en una mujer cada dia más linda, más esbelta y más joven, le manda que le haga evolucionar hacia la fealdad, la obesidad y la vejez,"

"Hablar y pensar en fealdad y vejez es abrir la puerta por donde entran vejez y fealdad".



CONTRA  NERVIOSIDAD,  CALMA,  EQUILIBRIO

He aqui una crema de belleza que no se vende en las tiendas. Y sin embargo, qué grande es su eficacia...Si quieres conservarte joven y lozana, aprende a cultivar la calma, el equilibrio, en las pequeñas como en las grandes contrariedades de la vida. Empezando por las pequeñas. La existencia de todos, mujeres y hombres, está sembrada de molestias, disgustos, enojos...Bueno es que una misma se diga, de una vez para siempre, que no vale la pena de perder por ellos "la mitad de la vida... y la tersura de la frente, o el fresco color de las mejillas. ¿Un reloj que no anda? ¿Una mancha que cayó sobre el vestido nuevo? ¿El motor del coche que se enfrió y tarda en ponerse en marcha? ¡La duodécima llamada telefónica de la mañana¡ ¡El paraguas recién comprado se quedó olvidado no sabemos donde¡...Sí,sí, todo eso es fastidioso, pero veamos, ¿ puede remediarse con gestos bruscos, portazos, fruncimientos de cejas? No, antes al contario. Mirémoslo desde su verdadero ángulo y digámonos que ya no tiene remedio...Y que no vale la pena.

Y en cosas de otro orden, ¡ por favor ¡, haz otro tanto, amigo. Alfilerazos, murmuraciones, intrigas, pequeñas envidias de las que se decian tus  amigas y resulta que no lo son...No deben alterar tu serenidad ni agriar tu carácter, ni afear tu rostro...No te dejes obsesionar por mezquindades, por cosas vulgares, indignas... ¡tanto peor para quien las siente o las comete¡ Tu debes estar por encima de todo eso: tu ideal de vida, tu anhelo de vivir, no debe rebajarse ni alterarse por pequeñeces...Para ello, cuando llegue el caso, recuerda estas dos normas:

1º- No disgustarse ni ponerse nervioso, ni fastidiar a los demás, por contratiempos que ya no tienen remedio (la pérdida del paraguas, la mancha, etc.) y que pueden remediarse mejor con calma y serenidad que con impaciencia y nervios (la insistencia del teléfono, el motor que no responde...).

2º- Dar a las cosas, medir los disgustos, su verdadera proporción, mirarlas desde su verdadero ángulo. No disgustarse ni alterarse, pues, por pequeñeces.

Así no solo conservarás mejor tu belleza, sino que tu espíritu, tus sentimientos, tu carácter, en fin, ganará en profundidad y en agudeza, pero esas mil pequeñeces, esas mil preocupaciones por cosas insignificantes, no te distraerán de tantas cosas grandes y bellas como tiene la vida.
Será como una liberación, ¿comprendes? (Pues ¡hay tantas personas que viven esclavas de tales minucias¡) Y en ella tu personalidad se afirmará, se enriquecerá...Mas veamos esto en otra lección, una lección práctica, que titularemos

EL  CASO  DE  OLIVIA  O  EL  SECRETO  DE  LA  MADUREZ

Sé  que  Olivia  te  parece  una  mujer  fascinadora.  Se  lo  parece  a  todos  cuantos la  conocen  y  tú  no  eres  una  excepción.  En  cualquier  grupo  de  amigos  ella  es  el  principal  centro  de  atracción;  cuando  no  está  presente  se  la  cita  con  frecuencia,  lo mismo  por  su  bondad  que  por  su  inteligencia  o  por  su  simpatía.  Tú  la  admiras,  sobre  todo,  por  esa  habilidad  que  Olivia  tiene  para  enfrentarse  con  cualquier situación  de  la  vida,  por  su  desenvoltura  ante  los  desconocidos;  por  la  seguridad  y  el  aplomo  con  que  parece  caminar  aun  en  medio  de  las  mayores  dificultades.  La  admiras..., pero  también  le  envidias  y  te  preguntas: "¿Qué  tiene ella  que  yo  no  tengo?" Pues  tu  eres  muy  joven  y  Olivia  raya  en  la  madurez,  no  es  más  linda  que tu  ni  sus  vestidos  son  más  lujosos  que  los  tuyos,  aunque  sí - perdona  que  te  lo  diga - de  mejor  gusto.
La  cualidad  negativa  más  saliente  en  Olivia,  según  los  análisis  que  acabas  de  hacer  de  ella,  es  su  madurez.  Pues  bien, permíteme  que  te  diga  que  la  mayoria   de sus  cualidades  radican  justamente  en  ello. La  habilidad  para  enfrentarse  con  la  vida  y  sus  problemas  sacando  de  ella  el  máximo  de  felicidad  y  satisfacciones;  el  talento  para  hacer  resaltar  sus  mejores  cualidades  en  cualquier  situación,  trátese  de  trabajo  profesional,  del  éxito  en  sociedad  o  del  atractivo  frente  a  un   hombre,  no  son  cosas  innatas,  sino  ventajas  que  puede  proporcionar  la  madurez  cuando  se  llega  a  la  formación  del  carácter  en  el  sentido  de  ser  mejores  cada  dia.  En  otras  palabras:  es  algo  que  puede  aprenderse  mediante  el  propio  conocimiento  y  casi  sin  esfuerzo.

Un  notable  psicólogo  americano  señala  ocho  reglas  básicas  para  conseguir  ese  punto  de  madurez  psicológica  y  social  que añade  encanto  a  la  propia  vida  y  a  la  de  aquellos  que  nos  rodean.  He  aqui  cuales  son:

1.- Interesarse  por  varias  cosas;
no  concentrarse  en  una  sola

Has  observado, sin  duda,  que  Olivia  se  ajusta  con  facilidad  a  cualquier  tema  de  conversación;  y  si  en  alguno  de  ellos  no  se  luce  tanto  como  en  otros,  por  lo  menos  sabe  escuchar  y  hacer  preguntas  inteligentes  que  estimulan  a  los  entendidos  a  expresarse.  Y  ello,  ¿ por  qué ?  Porque  tiene  un  vasto  caudal  de  cosas  que  le  interesan  y  está  siempre  atenta  por  aumentar  ese  caudal.  La  persona  que  reduce  su  interés  a  una  sola  cosa ( su  familia,  su  trabajo,  sus  preocupaciones  económicas ),  difícilmente  encuentra  un  tema  de  conversación  general.  Se  limita  siempre  a  la  misma  cantinela  y  a  menudo  termina  por  aburrir  al  más  paciente.

La  verdadera  razón  de  que  Olivia  parezca  interesante  a  todos  es  simplemente  que  ella   se  interesa  por  cuanto  sucede  a  su  alrededor.  Su  mente  está  abierta  a  las  mil  y   una  cosas  que  a  diario  la  rodean;  su  riqueza  mental  se  aumenta  así  incesantemente.

Mírate  en  este  aspecto. ¿ Te  interesa  el  arte ? ¿ Los  viajes ? ¿ La  moda ? ¿ La  astronomía ?  Seguramente  te  importa  una  de  esas  cosas,  pero  no  las  demás.  Y  el  caso  es  que  debieras  por  lo  menos  informarte,  tener  una  idea,  por  pequeña  que  fuera,  de  cada  uno  de  estos  temas  y de  otros  muchos.
El  descubrimiento  de  Olivia  en  este  punto  es  tan  sencillo  como  infalible:  una  persona  que  se  interesa  por  algo  es  siempre  la  más  interesante.  


2.-  Aceptar  los  inconvenientes  sin  amargura
y  con  serenidad

Olivia  da  la  sensación  de  que  nunca  le  afectan  inconvenientes  ni  molestias.  Dijérase  que  no  le  molesta  aguardar  media  hora  a  una  amiga  ni  se  altera  su  compostura  cuando  pierde  el  tren  o  el  autobús.  El  verdadero  secreto  de  la  serenidad  es  dar  a  los  contratiempos  sus  verdaderas  proporciones,  no  alterarse  por  las  molestias  de  menor  cuantía  y  tomarlas  solamente  como  son  en  realidad.  

Este  es  uno  de  los  secretos  de  la  madurez,  dominar  a  las  circunstancias  en  vez  de  dejarse  dominar  por  ellas.  Una  vez  conseguido  esto,  se  está  en  el  buen  camino  para  llegar  a  ser  una  persona  serena  y  equilibrada. 


3.-  Adaptabilidad  y  nuevas  amistades

Uno  de  los  encantos  de  Olivia  es  una  capacidad  para  conservar  los  amigos  antiguos  y  para  hacer  nuevas  amistades  en  cualquier  parte  adonde  va.
Es  también  cualidad  de  la  gente  madura  la  de  adaptarse  con  rapidez  en  un  círculo hasta  un  momento  antes  desconocido  y  sentirse  a  gusto  en  él.  Ello  es  lo  que  da  a  Olivia  esa  irradiación  simpática  para  cuantos  la  conocen, sea  su  amistad  antigua  o  reciente,  profunda  o  superficial.  


4.-  Ser  capaz  de  comprender
los  propios  errores

Sé  que  es  cosa  fácil  de  decir,  pero  que  su  aplicación  a  la  realidad  siempre  resulta algo  difícil.

Cuesta  trabajo,  evidentemente,  admitir  los  propios  errores.  Pero  la  verdad  es  que  todos  nos  equivocamos,  no  una  vez,  sino miles  de  veces.  Como  regla  general  busquemos  a  una  persona  que  siempre  tenga  la  razón  y  encontraremos  a  un  hombre  o  a  una  mujer  solitario... porque  nadie  puede  soportarlo.

Es  evidente  que  valemos  por  lo  que  sabemos..., pero  también  por  lo  que  ignoramos.  Aciertos  y  equivocaciones,  éxitos  y  fracasos,  van  formando  la  auténtica  personalidad.  Obstinarse  en  ser  infalible;  considerar  el  fracaso  o  el  error  como  tragedias  individuales,  son  cosas  que  no  consiguen  sino dar  rigidez,  aspereza  e  inseguridad  al  carácter.  Admitir  los  propios errores,  valorar  los  fracasos  en  su  debida  proporción,  da  al  espíritu  una  mayor  ligereza  y  al  carácter  más  ductilidad.  Es  raro  el  dogmatismo  en  la  mente  o  en  el  espíritu  de  una  persona  madura  y  equilibrada.  Si  se  demuestra  estar  equivocada,  ya  sea  en  una  simple  discusión  o  en  una  situación  importante  de  la  vida,  es  porque  se  está  pronto  a  reconocer  el  error...,  que  es  la  mejor  manera  de  superarlo.


5.-  Desafiar  los  temores  

¿Sientes  terror  a  la  altura?  Frecuenta  los  lugares  altos.  ¿Tienes  miedo  a  la  gente?  Mézclate  con  la  multitud.  Eso  es  lo  que  te  aconsejará  todo  psicólogo  entendido,  pues  se  encierra  en  ello  una  norma  que  te  ayudará  a  desarrollar  tu  personalidad.

Darte  cuenta  de  tus  temores,  tratar  de  comprenderlos  y  ponerlos  a  prueba,  es  la  trayectoria  a  seguir  para  sobreponerte  a  ellos.
Cuando  un  buen  automovilista  sufre  un  accidente  serio,  su  primer  sentimiento  es  el  de  no  volver  a  tomar  el  volante,  sin  embargo,  aun  con  los  nervios  deshechos,  vuelve  a  sentarse  en  su  sitio  y  conduce  de  nuevo  como  si  nada  hubiera  pasado.  Lo  hace  así  porque  sabe  que  de  otro  modo se  incapacitaría  y  que  si  deja  pasar  el  tiempo,  si  vacila  y  duda  antes  de  volver  a  conducir,  cada  dia  lo  encontrará  más  difícil  y  arriesgado.  Simplemente,  se  enfrenta  con   su  miedo  y  lo  vence.  Es  la  regla  infalible  para  no  perder  la  confianza  en  uno  mismo:  la  llave  de  la  puerta  que  conduce  hacia  una  personalidad  bien  equilibrada.

¿Sabías  que  Olivia  no  ha  sido  precisamente  afortunada  en  la  vida?  No:  no  debes  saberlo,  pues  aunque  no  lo  oculte,  tampoco  suele  hablar  de  ello.  Sufrió,  luchó...y  venció,  simplemente.  Pero sobre  todo  se  venció  a  sí  misma  para  no caer  en  esa  situación  o  mejor  dicho  en  esa  psicología  de  "mujer  víctima"  que  hace  lastimosa  la  personalidad  de  tantas  mujeres.
Haz  tú  como  ella,  demuéstrate  que  eres  capaz  de  luchar  y  vencer  en  cualquier  situación.  Acostúmbrate  a  gobernar  tu  existencia  sin  dejar  que  sean  las   circunstancias  las  que  la  gobiernen.


6.-  Comprender  nuestras  limitaciones

Todos  tenemos  ciertos  límites.  Darse  cuenta  de  las  propias  deficiencias  es  la  manera  de  sacar  mejor  provecho  de  ellas  con  solo  admitir  su  existencia.

La  propia  Olivia  no  logró  jamás  tararear  una  melodía.  Y  sin embargo,  todos  sabemos  que  es  ferviente  amante  de  la  música:  no  pierde  ni  un  concierto  y  posee  una  selecta  colección  de  discos.  Le  habría  gustado  muchísimo  poder  cantar.  Pero  siempre  se  dio  cuenta  de  que  el  canto  no  estaba  dentro  de  sus  posibilidades.  Comprendió,  en  fin,  a  tiempo  sus  limitaciones  y  no  insistió  en  forzarse  para  hacer  algo  que  sabía  que  era  imposible.  ¿Fracasó?  De  ningún  modo.  Ha  renunciado  a  ser  cantante,  pero  no  ha  dejado  por  ello  de  admirar  a  los  que  cantan  bien.


7.-  Trabajar  a  gusto  y  divertirse

Es  evidente  que  las  personas  bien  adaptadas  sienten  un  amor  natural  a  la  vida.  Cualquier  cosa  las  divierte  y  el  propio  trabajo  las  entretiene  y  distrae.
Si  no  te   gusta  tu  trabajo,  si  no  obtienes  una  satisfacción  personal  en  él,  decídete  a  orientarte  hacia  un  cambio  que  te  sea  más  agradable,  donde  la  propia  tarea  tenga  para  ti  interés  y  hasta  diversión.
Con  frecuencia  olvidamos  que  somos  nosotros  quienes  controlamos  nuestras  vidas  y  que  tenemos  para  con  nosotros  mismos  el  deber  de  orientarnos  de  acuerdo  con  nuestros  gustos  y  personalidad.  Claro  que  también  es  más  fácil  decir  esto  que  llevarlo  a  la  práctica.  Pero  un  carácter  bien  templado  y  una  personalidad  serena  y  equilibrada,  ¿qué  no  conseguirán?


8.-  Atacar  de  frente  los  problemas

Es  la  misma  norma  que  dimos  para  los  temores.  Afrontar  los  problemas  ayuda  a  vencerlos  y  superarlos.

Cuando  te  encuentres  envuelta  en  un  problema,  trata  de  adoptar  una  actitud  positiva  para  librarte  de  él.  No  pierdas  tiempo  ni  energías  preocupándote,  obsesionándote.  Ello  no  te  sacará  de  ningún  conflicto.  En  cambio,  si  atacas  tus problemas  de  frente,  irás  eliminándolos  uno  tras  otro  y  al  final  habrás  formado  el hábito  de  afrontar  la  vida  con  esa  comprensión  y  esa  confianza  en  ti  misma  que  tanto  admiras  en  Olivia.

Cuando  llegues  a  esta  etapa,  todo  el  proceso  de  madurez  y  equilibrio  se  concentrará  en  un  solo aspecto:  sacar  el  mejor  partido  de  ti  mismo.  Y  entonces  podrás  orientar  por  ti  mismo  tu  vida.


MARÍA JOSÉ JIMÉNEZ

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