BELLOS CONSEJOS PARA MIS AMIGOS
EL CARACTER Y LA BELLEZA
SUFRIR PARA SER BELLAS
Desde tiempo inmemorial, la mujer no repara en sacrificios si se trata de su belleza. Sacrificios de todo orden... pero no, ¡ay¡ del carácter. Por la belleza, las gordas pasan hambre, las flacas se atiborran, unas se engrasan, otras se desuellan, estas andan a gatas, aquellas se sumergen en baños turcos, chinos, checoslovacos, se someten a permanentes y chis-chis, máscaras de todo, corsés con ballenas de hierro.... Sin contar lo que tónicos, cremas, grasas, detersivos, polvos, colorete, esmaltes y todo lo demás, pesa sobre el
presupuesto.
LO QUE NO DEBE IGNORARSE
En cambio, las mujeres se resisten - siquiera sea por su belleza - a modificar en lo más mínimo su carácter. Y, sin embargo. no pueden ignorar que:
Un carácter impaciente, preocupado, ansioso, conduce rápidamente al envejecimiento.
Las obsesiones, los malos humores, los disgustos por cualquier pequeñez, secan el cutis y lo llenan de arrugas prematuras;
el pesimismo acelera la aparición del rictus de la boca;
la envidia presta al cutis una tonalidad amarilla;
la cólera desencaja las facciones.
Y así podríamos continuar hasta lo infinito...Mas veamos lo que acerca de este punto y el vocablo Humor dice Marcelle Auclair en su Diccionario de la Belleza:
"El buen humor o el mal humor tiene para la belleza más importancia que todos los ungüentos".
Una mujer celosa, torturante, inquieta, preocupada, agresiva, dominante, autoritaria, nerviosa, pendenciera, no tendrá jamás el rostro sereno, la tez clara, el cutis limpio de arrugas e impurezas. Basta uno solo de esos defectos para anular todos los tratamientos de belleza. Por el contrario, la calma interior, el amor suave, una dulce y bella filosofía de la vida, la indulgencia, el optimismo, son los mejores tónicos de la belleza.
"Cierta dama engañada por su marido pensaba en el divorcio cuando, de pronto, recordó que tenia cuarenta años.; " No tengo ya tiempo de envejecer diez años en pocos meses de debates"... Optó, pues, por el perdón, un poco por coquetería y mucho, sin duda, porque tenía un excelente corazón. Reconquistó a su marido y conservó su belleza."
UN EJEMPLO ELOCUENTE
Lo presenta la misma autora en el mismo libro. Y no puedo, lectores, resistir a la tentación de reproducirlo para ustedes. Ya sé que no es vuestro caso, pues quizá os encontrareis en lozanas primaveras... pero bueno es saber prevenir, con tiempo, los posibles errores del otoño.
He aqui el ejemplo:
"Conozco a una mujer encantadora que todas las mañanas, al despertar, le canta a su marido esta palinodia:
"¡Soy vieja, estoy vieja, estoy gorda¡...¡ay de mí¡ ¡Pronto no me podrás querer¡"...
Empezó este delicioso ejercicio para oírse proclamar por su amante esposo la más bella, la más esbelta, la más graciosa y juvenil de las mujeres. Y para hacerse jurar:
"Nunca querré a nadie más que a ti..."
"Mas, a fuerza de repetir la cotidiana letanía, acabó por sufrir la influencia de sus propias palabras, la duda se insinuó y una mañana de cada diez, al mirarse en el espejo después de una mala noche, experimenta realmente, ante su delicioso rostro, una sincera desolación.
"Sin saberlo, esta dama aplica el método de Coué. Sólo que en vez de dar al subconsciente la orden de convertirla en una mujer cada dia más linda, más esbelta y más joven, le manda que le haga evolucionar hacia la fealdad, la obesidad y la vejez,"
"Hablar y pensar en fealdad y vejez es abrir la puerta por donde entran vejez y fealdad".
CONTRA NERVIOSIDAD, CALMA, EQUILIBRIO
He aqui una crema de belleza que no se vende en las tiendas. Y sin embargo, qué grande es su eficacia...Si quieres conservarte joven y lozana, aprende a cultivar la calma, el equilibrio, en las pequeñas como en las grandes contrariedades de la vida. Empezando por las pequeñas. La existencia de todos, mujeres y hombres, está sembrada de molestias, disgustos, enojos...Bueno es que una misma se diga, de una vez para siempre, que no vale la pena de perder por ellos "la mitad de la vida... y la tersura de la frente, o el fresco color de las mejillas. ¿Un reloj que no anda? ¿Una mancha que cayó sobre el vestido nuevo? ¿El motor del coche que se enfrió y tarda en ponerse en marcha? ¡La duodécima llamada telefónica de la mañana¡ ¡El paraguas recién comprado se quedó olvidado no sabemos donde¡...Sí,sí, todo eso es fastidioso, pero veamos, ¿ puede remediarse con gestos bruscos, portazos, fruncimientos de cejas? No, antes al contario. Mirémoslo desde su verdadero ángulo y digámonos que ya no tiene remedio...Y que no vale la pena.
Y en cosas de otro orden, ¡ por favor ¡, haz otro tanto, amigo. Alfilerazos, murmuraciones, intrigas, pequeñas envidias de las que se decian tus amigas y resulta que no lo son...No deben alterar tu serenidad ni agriar tu carácter, ni afear tu rostro...No te dejes obsesionar por mezquindades, por cosas vulgares, indignas... ¡tanto peor para quien las siente o las comete¡ Tu debes estar por encima de todo eso: tu ideal de vida, tu anhelo de vivir, no debe rebajarse ni alterarse por pequeñeces...Para ello, cuando llegue el caso, recuerda estas dos normas:
1º- No disgustarse ni ponerse nervioso, ni fastidiar a los demás, por contratiempos que ya no tienen remedio (la pérdida del paraguas, la mancha, etc.) y que pueden remediarse mejor con calma y serenidad que con impaciencia y nervios (la insistencia del teléfono, el motor que no responde...).
2º- Dar a las cosas, medir los disgustos, su verdadera proporción, mirarlas desde su verdadero ángulo. No disgustarse ni alterarse, pues, por pequeñeces.
Así no solo conservarás mejor tu belleza, sino que tu espíritu, tus sentimientos, tu carácter, en fin, ganará en profundidad y en agudeza, pero esas mil pequeñeces, esas mil preocupaciones por cosas insignificantes, no te distraerán de tantas cosas grandes y bellas como tiene la vida.
Será como una liberación, ¿comprendes? (Pues ¡hay tantas personas que viven esclavas de tales minucias¡) Y en ella tu personalidad se afirmará, se enriquecerá...Mas veamos esto en otra lección, una lección práctica, que titularemos
EL CASO DE OLIVIA O EL SECRETO DE LA MADUREZ
Sé que Olivia te parece una mujer fascinadora. Se lo parece a todos cuantos la conocen y tú no eres una excepción. En cualquier grupo de amigos ella es el principal centro de atracción; cuando no está presente se la cita con frecuencia, lo mismo por su bondad que por su inteligencia o por su simpatía. Tú la admiras, sobre todo, por esa habilidad que Olivia tiene para enfrentarse con cualquier situación de la vida, por su desenvoltura ante los desconocidos; por la seguridad y el aplomo con que parece caminar aun en medio de las mayores dificultades. La admiras..., pero también le envidias y te preguntas: "¿Qué tiene ella que yo no tengo?" Pues tu eres muy joven y Olivia raya en la madurez, no es más linda que tu ni sus vestidos son más lujosos que los tuyos, aunque sí - perdona que te lo diga - de mejor gusto.
La cualidad negativa más saliente en Olivia, según los análisis que acabas de hacer de ella, es su madurez. Pues bien, permíteme que te diga que la mayoria de sus cualidades radican justamente en ello. La habilidad para enfrentarse con la vida y sus problemas sacando de ella el máximo de felicidad y satisfacciones; el talento para hacer resaltar sus mejores cualidades en cualquier situación, trátese de trabajo profesional, del éxito en sociedad o del atractivo frente a un hombre, no son cosas innatas, sino ventajas que puede proporcionar la madurez cuando se llega a la formación del carácter en el sentido de ser mejores cada dia. En otras palabras: es algo que puede aprenderse mediante el propio conocimiento y casi sin esfuerzo.
Un notable psicólogo americano señala ocho reglas básicas para conseguir ese punto de madurez psicológica y social que añade encanto a la propia vida y a la de aquellos que nos rodean. He aqui cuales son:
1.- Interesarse por varias cosas;
no concentrarse en una sola
Has observado, sin duda, que Olivia se ajusta con facilidad a cualquier tema de conversación; y si en alguno de ellos no se luce tanto como en otros, por lo menos sabe escuchar y hacer preguntas inteligentes que estimulan a los entendidos a expresarse. Y ello, ¿ por qué ? Porque tiene un vasto caudal de cosas que le interesan y está siempre atenta por aumentar ese caudal. La persona que reduce su interés a una sola cosa ( su familia, su trabajo, sus preocupaciones económicas ), difícilmente encuentra un tema de conversación general. Se limita siempre a la misma cantinela y a menudo termina por aburrir al más paciente.
La verdadera razón de que Olivia parezca interesante a todos es simplemente que ella se interesa por cuanto sucede a su alrededor. Su mente está abierta a las mil y una cosas que a diario la rodean; su riqueza mental se aumenta así incesantemente.
Mírate en este aspecto. ¿ Te interesa el arte ? ¿ Los viajes ? ¿ La moda ? ¿ La astronomía ? Seguramente te importa una de esas cosas, pero no las demás. Y el caso es que debieras por lo menos informarte, tener una idea, por pequeña que fuera, de cada uno de estos temas y de otros muchos.
El descubrimiento de Olivia en este punto es tan sencillo como infalible: una persona que se interesa por algo es siempre la más interesante.
2.- Aceptar los inconvenientes sin amargura
y con serenidad
Olivia da la sensación de que nunca le afectan inconvenientes ni molestias. Dijérase que no le molesta aguardar media hora a una amiga ni se altera su compostura cuando pierde el tren o el autobús. El verdadero secreto de la serenidad es dar a los contratiempos sus verdaderas proporciones, no alterarse por las molestias de menor cuantía y tomarlas solamente como son en realidad.
Este es uno de los secretos de la madurez, dominar a las circunstancias en vez de dejarse dominar por ellas. Una vez conseguido esto, se está en el buen camino para llegar a ser una persona serena y equilibrada.
3.- Adaptabilidad y nuevas amistades
Uno de los encantos de Olivia es una capacidad para conservar los amigos antiguos y para hacer nuevas amistades en cualquier parte adonde va.
Es también cualidad de la gente madura la de adaptarse con rapidez en un círculo hasta un momento antes desconocido y sentirse a gusto en él. Ello es lo que da a Olivia esa irradiación simpática para cuantos la conocen, sea su amistad antigua o reciente, profunda o superficial.
4.- Ser capaz de comprender
los propios errores
Sé que es cosa fácil de decir, pero que su aplicación a la realidad siempre resulta algo difícil.
Cuesta trabajo, evidentemente, admitir los propios errores. Pero la verdad es que todos nos equivocamos, no una vez, sino miles de veces. Como regla general busquemos a una persona que siempre tenga la razón y encontraremos a un hombre o a una mujer solitario... porque nadie puede soportarlo.
Es evidente que valemos por lo que sabemos..., pero también por lo que ignoramos. Aciertos y equivocaciones, éxitos y fracasos, van formando la auténtica personalidad. Obstinarse en ser infalible; considerar el fracaso o el error como tragedias individuales, son cosas que no consiguen sino dar rigidez, aspereza e inseguridad al carácter. Admitir los propios errores, valorar los fracasos en su debida proporción, da al espíritu una mayor ligereza y al carácter más ductilidad. Es raro el dogmatismo en la mente o en el espíritu de una persona madura y equilibrada. Si se demuestra estar equivocada, ya sea en una simple discusión o en una situación importante de la vida, es porque se está pronto a reconocer el error..., que es la mejor manera de superarlo.
5.- Desafiar los temores
¿Sientes terror a la altura? Frecuenta los lugares altos. ¿Tienes miedo a la gente? Mézclate con la multitud. Eso es lo que te aconsejará todo psicólogo entendido, pues se encierra en ello una norma que te ayudará a desarrollar tu personalidad.
Darte cuenta de tus temores, tratar de comprenderlos y ponerlos a prueba, es la trayectoria a seguir para sobreponerte a ellos.
Cuando un buen automovilista sufre un accidente serio, su primer sentimiento es el de no volver a tomar el volante, sin embargo, aun con los nervios deshechos, vuelve a sentarse en su sitio y conduce de nuevo como si nada hubiera pasado. Lo hace así porque sabe que de otro modo se incapacitaría y que si deja pasar el tiempo, si vacila y duda antes de volver a conducir, cada dia lo encontrará más difícil y arriesgado. Simplemente, se enfrenta con su miedo y lo vence. Es la regla infalible para no perder la confianza en uno mismo: la llave de la puerta que conduce hacia una personalidad bien equilibrada.
¿Sabías que Olivia no ha sido precisamente afortunada en la vida? No: no debes saberlo, pues aunque no lo oculte, tampoco suele hablar de ello. Sufrió, luchó...y venció, simplemente. Pero sobre todo se venció a sí misma para no caer en esa situación o mejor dicho en esa psicología de "mujer víctima" que hace lastimosa la personalidad de tantas mujeres.
Haz tú como ella, demuéstrate que eres capaz de luchar y vencer en cualquier situación. Acostúmbrate a gobernar tu existencia sin dejar que sean las circunstancias las que la gobiernen.
6.- Comprender nuestras limitaciones
Todos tenemos ciertos límites. Darse cuenta de las propias deficiencias es la manera de sacar mejor provecho de ellas con solo admitir su existencia.
La propia Olivia no logró jamás tararear una melodía. Y sin embargo, todos sabemos que es ferviente amante de la música: no pierde ni un concierto y posee una selecta colección de discos. Le habría gustado muchísimo poder cantar. Pero siempre se dio cuenta de que el canto no estaba dentro de sus posibilidades. Comprendió, en fin, a tiempo sus limitaciones y no insistió en forzarse para hacer algo que sabía que era imposible. ¿Fracasó? De ningún modo. Ha renunciado a ser cantante, pero no ha dejado por ello de admirar a los que cantan bien.
7.- Trabajar a gusto y divertirse
Es evidente que las personas bien adaptadas sienten un amor natural a la vida. Cualquier cosa las divierte y el propio trabajo las entretiene y distrae.
Si no te gusta tu trabajo, si no obtienes una satisfacción personal en él, decídete a orientarte hacia un cambio que te sea más agradable, donde la propia tarea tenga para ti interés y hasta diversión.
Con frecuencia olvidamos que somos nosotros quienes controlamos nuestras vidas y que tenemos para con nosotros mismos el deber de orientarnos de acuerdo con nuestros gustos y personalidad. Claro que también es más fácil decir esto que llevarlo a la práctica. Pero un carácter bien templado y una personalidad serena y equilibrada, ¿qué no conseguirán?
8.- Atacar de frente los problemas
Es la misma norma que dimos para los temores. Afrontar los problemas ayuda a vencerlos y superarlos.
Cuando te encuentres envuelta en un problema, trata de adoptar una actitud positiva para librarte de él. No pierdas tiempo ni energías preocupándote, obsesionándote. Ello no te sacará de ningún conflicto. En cambio, si atacas tus problemas de frente, irás eliminándolos uno tras otro y al final habrás formado el hábito de afrontar la vida con esa comprensión y esa confianza en ti misma que tanto admiras en Olivia.
Cuando llegues a esta etapa, todo el proceso de madurez y equilibrio se concentrará en un solo aspecto: sacar el mejor partido de ti mismo. Y entonces podrás orientar por ti mismo tu vida.
Lo presenta la misma autora en el mismo libro. Y no puedo, lectores, resistir a la tentación de reproducirlo para ustedes. Ya sé que no es vuestro caso, pues quizá os encontrareis en lozanas primaveras... pero bueno es saber prevenir, con tiempo, los posibles errores del otoño.
He aqui el ejemplo:
"Conozco a una mujer encantadora que todas las mañanas, al despertar, le canta a su marido esta palinodia:
"¡Soy vieja, estoy vieja, estoy gorda¡...¡ay de mí¡ ¡Pronto no me podrás querer¡"...
Empezó este delicioso ejercicio para oírse proclamar por su amante esposo la más bella, la más esbelta, la más graciosa y juvenil de las mujeres. Y para hacerse jurar:
"Nunca querré a nadie más que a ti..."
"Mas, a fuerza de repetir la cotidiana letanía, acabó por sufrir la influencia de sus propias palabras, la duda se insinuó y una mañana de cada diez, al mirarse en el espejo después de una mala noche, experimenta realmente, ante su delicioso rostro, una sincera desolación.
"Sin saberlo, esta dama aplica el método de Coué. Sólo que en vez de dar al subconsciente la orden de convertirla en una mujer cada dia más linda, más esbelta y más joven, le manda que le haga evolucionar hacia la fealdad, la obesidad y la vejez,"
"Hablar y pensar en fealdad y vejez es abrir la puerta por donde entran vejez y fealdad".
CONTRA NERVIOSIDAD, CALMA, EQUILIBRIO
He aqui una crema de belleza que no se vende en las tiendas. Y sin embargo, qué grande es su eficacia...Si quieres conservarte joven y lozana, aprende a cultivar la calma, el equilibrio, en las pequeñas como en las grandes contrariedades de la vida. Empezando por las pequeñas. La existencia de todos, mujeres y hombres, está sembrada de molestias, disgustos, enojos...Bueno es que una misma se diga, de una vez para siempre, que no vale la pena de perder por ellos "la mitad de la vida... y la tersura de la frente, o el fresco color de las mejillas. ¿Un reloj que no anda? ¿Una mancha que cayó sobre el vestido nuevo? ¿El motor del coche que se enfrió y tarda en ponerse en marcha? ¡La duodécima llamada telefónica de la mañana¡ ¡El paraguas recién comprado se quedó olvidado no sabemos donde¡...Sí,sí, todo eso es fastidioso, pero veamos, ¿ puede remediarse con gestos bruscos, portazos, fruncimientos de cejas? No, antes al contario. Mirémoslo desde su verdadero ángulo y digámonos que ya no tiene remedio...Y que no vale la pena.
Y en cosas de otro orden, ¡ por favor ¡, haz otro tanto, amigo. Alfilerazos, murmuraciones, intrigas, pequeñas envidias de las que se decian tus amigas y resulta que no lo son...No deben alterar tu serenidad ni agriar tu carácter, ni afear tu rostro...No te dejes obsesionar por mezquindades, por cosas vulgares, indignas... ¡tanto peor para quien las siente o las comete¡ Tu debes estar por encima de todo eso: tu ideal de vida, tu anhelo de vivir, no debe rebajarse ni alterarse por pequeñeces...Para ello, cuando llegue el caso, recuerda estas dos normas:
1º- No disgustarse ni ponerse nervioso, ni fastidiar a los demás, por contratiempos que ya no tienen remedio (la pérdida del paraguas, la mancha, etc.) y que pueden remediarse mejor con calma y serenidad que con impaciencia y nervios (la insistencia del teléfono, el motor que no responde...).
2º- Dar a las cosas, medir los disgustos, su verdadera proporción, mirarlas desde su verdadero ángulo. No disgustarse ni alterarse, pues, por pequeñeces.
Así no solo conservarás mejor tu belleza, sino que tu espíritu, tus sentimientos, tu carácter, en fin, ganará en profundidad y en agudeza, pero esas mil pequeñeces, esas mil preocupaciones por cosas insignificantes, no te distraerán de tantas cosas grandes y bellas como tiene la vida.
Será como una liberación, ¿comprendes? (Pues ¡hay tantas personas que viven esclavas de tales minucias¡) Y en ella tu personalidad se afirmará, se enriquecerá...Mas veamos esto en otra lección, una lección práctica, que titularemos
EL CASO DE OLIVIA O EL SECRETO DE LA MADUREZ
Sé que Olivia te parece una mujer fascinadora. Se lo parece a todos cuantos la conocen y tú no eres una excepción. En cualquier grupo de amigos ella es el principal centro de atracción; cuando no está presente se la cita con frecuencia, lo mismo por su bondad que por su inteligencia o por su simpatía. Tú la admiras, sobre todo, por esa habilidad que Olivia tiene para enfrentarse con cualquier situación de la vida, por su desenvoltura ante los desconocidos; por la seguridad y el aplomo con que parece caminar aun en medio de las mayores dificultades. La admiras..., pero también le envidias y te preguntas: "¿Qué tiene ella que yo no tengo?" Pues tu eres muy joven y Olivia raya en la madurez, no es más linda que tu ni sus vestidos son más lujosos que los tuyos, aunque sí - perdona que te lo diga - de mejor gusto.
La cualidad negativa más saliente en Olivia, según los análisis que acabas de hacer de ella, es su madurez. Pues bien, permíteme que te diga que la mayoria de sus cualidades radican justamente en ello. La habilidad para enfrentarse con la vida y sus problemas sacando de ella el máximo de felicidad y satisfacciones; el talento para hacer resaltar sus mejores cualidades en cualquier situación, trátese de trabajo profesional, del éxito en sociedad o del atractivo frente a un hombre, no son cosas innatas, sino ventajas que puede proporcionar la madurez cuando se llega a la formación del carácter en el sentido de ser mejores cada dia. En otras palabras: es algo que puede aprenderse mediante el propio conocimiento y casi sin esfuerzo.
Un notable psicólogo americano señala ocho reglas básicas para conseguir ese punto de madurez psicológica y social que añade encanto a la propia vida y a la de aquellos que nos rodean. He aqui cuales son:
1.- Interesarse por varias cosas;
no concentrarse en una sola
Has observado, sin duda, que Olivia se ajusta con facilidad a cualquier tema de conversación; y si en alguno de ellos no se luce tanto como en otros, por lo menos sabe escuchar y hacer preguntas inteligentes que estimulan a los entendidos a expresarse. Y ello, ¿ por qué ? Porque tiene un vasto caudal de cosas que le interesan y está siempre atenta por aumentar ese caudal. La persona que reduce su interés a una sola cosa ( su familia, su trabajo, sus preocupaciones económicas ), difícilmente encuentra un tema de conversación general. Se limita siempre a la misma cantinela y a menudo termina por aburrir al más paciente.
La verdadera razón de que Olivia parezca interesante a todos es simplemente que ella se interesa por cuanto sucede a su alrededor. Su mente está abierta a las mil y una cosas que a diario la rodean; su riqueza mental se aumenta así incesantemente.
Mírate en este aspecto. ¿ Te interesa el arte ? ¿ Los viajes ? ¿ La moda ? ¿ La astronomía ? Seguramente te importa una de esas cosas, pero no las demás. Y el caso es que debieras por lo menos informarte, tener una idea, por pequeña que fuera, de cada uno de estos temas y de otros muchos.
El descubrimiento de Olivia en este punto es tan sencillo como infalible: una persona que se interesa por algo es siempre la más interesante.
2.- Aceptar los inconvenientes sin amargura
y con serenidad
Olivia da la sensación de que nunca le afectan inconvenientes ni molestias. Dijérase que no le molesta aguardar media hora a una amiga ni se altera su compostura cuando pierde el tren o el autobús. El verdadero secreto de la serenidad es dar a los contratiempos sus verdaderas proporciones, no alterarse por las molestias de menor cuantía y tomarlas solamente como son en realidad.
Este es uno de los secretos de la madurez, dominar a las circunstancias en vez de dejarse dominar por ellas. Una vez conseguido esto, se está en el buen camino para llegar a ser una persona serena y equilibrada.
3.- Adaptabilidad y nuevas amistades
Uno de los encantos de Olivia es una capacidad para conservar los amigos antiguos y para hacer nuevas amistades en cualquier parte adonde va.
Es también cualidad de la gente madura la de adaptarse con rapidez en un círculo hasta un momento antes desconocido y sentirse a gusto en él. Ello es lo que da a Olivia esa irradiación simpática para cuantos la conocen, sea su amistad antigua o reciente, profunda o superficial.
4.- Ser capaz de comprender
los propios errores
Sé que es cosa fácil de decir, pero que su aplicación a la realidad siempre resulta algo difícil.
Cuesta trabajo, evidentemente, admitir los propios errores. Pero la verdad es que todos nos equivocamos, no una vez, sino miles de veces. Como regla general busquemos a una persona que siempre tenga la razón y encontraremos a un hombre o a una mujer solitario... porque nadie puede soportarlo.
Es evidente que valemos por lo que sabemos..., pero también por lo que ignoramos. Aciertos y equivocaciones, éxitos y fracasos, van formando la auténtica personalidad. Obstinarse en ser infalible; considerar el fracaso o el error como tragedias individuales, son cosas que no consiguen sino dar rigidez, aspereza e inseguridad al carácter. Admitir los propios errores, valorar los fracasos en su debida proporción, da al espíritu una mayor ligereza y al carácter más ductilidad. Es raro el dogmatismo en la mente o en el espíritu de una persona madura y equilibrada. Si se demuestra estar equivocada, ya sea en una simple discusión o en una situación importante de la vida, es porque se está pronto a reconocer el error..., que es la mejor manera de superarlo.
5.- Desafiar los temores
¿Sientes terror a la altura? Frecuenta los lugares altos. ¿Tienes miedo a la gente? Mézclate con la multitud. Eso es lo que te aconsejará todo psicólogo entendido, pues se encierra en ello una norma que te ayudará a desarrollar tu personalidad.
Darte cuenta de tus temores, tratar de comprenderlos y ponerlos a prueba, es la trayectoria a seguir para sobreponerte a ellos.
Cuando un buen automovilista sufre un accidente serio, su primer sentimiento es el de no volver a tomar el volante, sin embargo, aun con los nervios deshechos, vuelve a sentarse en su sitio y conduce de nuevo como si nada hubiera pasado. Lo hace así porque sabe que de otro modo se incapacitaría y que si deja pasar el tiempo, si vacila y duda antes de volver a conducir, cada dia lo encontrará más difícil y arriesgado. Simplemente, se enfrenta con su miedo y lo vence. Es la regla infalible para no perder la confianza en uno mismo: la llave de la puerta que conduce hacia una personalidad bien equilibrada.
¿Sabías que Olivia no ha sido precisamente afortunada en la vida? No: no debes saberlo, pues aunque no lo oculte, tampoco suele hablar de ello. Sufrió, luchó...y venció, simplemente. Pero sobre todo se venció a sí misma para no caer en esa situación o mejor dicho en esa psicología de "mujer víctima" que hace lastimosa la personalidad de tantas mujeres.
Haz tú como ella, demuéstrate que eres capaz de luchar y vencer en cualquier situación. Acostúmbrate a gobernar tu existencia sin dejar que sean las circunstancias las que la gobiernen.
6.- Comprender nuestras limitaciones
Todos tenemos ciertos límites. Darse cuenta de las propias deficiencias es la manera de sacar mejor provecho de ellas con solo admitir su existencia.
La propia Olivia no logró jamás tararear una melodía. Y sin embargo, todos sabemos que es ferviente amante de la música: no pierde ni un concierto y posee una selecta colección de discos. Le habría gustado muchísimo poder cantar. Pero siempre se dio cuenta de que el canto no estaba dentro de sus posibilidades. Comprendió, en fin, a tiempo sus limitaciones y no insistió en forzarse para hacer algo que sabía que era imposible. ¿Fracasó? De ningún modo. Ha renunciado a ser cantante, pero no ha dejado por ello de admirar a los que cantan bien.
7.- Trabajar a gusto y divertirse
Es evidente que las personas bien adaptadas sienten un amor natural a la vida. Cualquier cosa las divierte y el propio trabajo las entretiene y distrae.
Si no te gusta tu trabajo, si no obtienes una satisfacción personal en él, decídete a orientarte hacia un cambio que te sea más agradable, donde la propia tarea tenga para ti interés y hasta diversión.
Con frecuencia olvidamos que somos nosotros quienes controlamos nuestras vidas y que tenemos para con nosotros mismos el deber de orientarnos de acuerdo con nuestros gustos y personalidad. Claro que también es más fácil decir esto que llevarlo a la práctica. Pero un carácter bien templado y una personalidad serena y equilibrada, ¿qué no conseguirán?
8.- Atacar de frente los problemas
Es la misma norma que dimos para los temores. Afrontar los problemas ayuda a vencerlos y superarlos.
Cuando te encuentres envuelta en un problema, trata de adoptar una actitud positiva para librarte de él. No pierdas tiempo ni energías preocupándote, obsesionándote. Ello no te sacará de ningún conflicto. En cambio, si atacas tus problemas de frente, irás eliminándolos uno tras otro y al final habrás formado el hábito de afrontar la vida con esa comprensión y esa confianza en ti misma que tanto admiras en Olivia.
Cuando llegues a esta etapa, todo el proceso de madurez y equilibrio se concentrará en un solo aspecto: sacar el mejor partido de ti mismo. Y entonces podrás orientar por ti mismo tu vida.
MARÍA JOSÉ JIMÉNEZ |
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